Como comunistas e historiadores tenemos el deber de recuperar la figura de Antonio Gramsci, del intelectual de la clase trabajadora fundador del PCI, para alejarla de las interpretaciones posmodernas realizadas por aquellos que ignoran alegremente su fondo leninista. Aquí va una pequeña aportación.
¿Qué
es la Cultura Popular?
es una selección de textos realizada por los profesores Anaclet Pons
y Justo Serna de la Universidad de Valencia, especializados en
Historia de la Cultura; va encaminada a intentar mostrar de una
manera directa, sin comentarios, con una traducción que respeta las
expresiones en otros idiomas, qué es la cultura popular para este
intelectual italiano. La intención de reeditar a Gramsci, sin
comentarios novedosos ni nuevas posturas al respecto, en una edición
en castellano, simple y de fácil acceso para los estudiantes, casi
se podría decir de divulgación, pese a la complejidad del italiano,
es retomar su concepto de cultura popular e intentar interpretarla
desde una posición actual, dejando al margen, que no prescindiendo,
de todo lo que se ha dicho de él desde su descubrimiento a finales
de los años 40.
Estos
textos, artículos de diferente extensión, no están escritos para
ser publicados si no como reflexiones propias desde su precaria
situación. Antonio fue encerrado por el régimen fascista italiano
por comunista, y es en este espacio de la cárcel bajo censura y con
condiciones malas de salud que sufría Gramsci elabora estas
reflexiones; es importante tenerlo en cuenta pues la censura, el
miedo a no poder escribir determinadas cosas, le obliga a utilizar
determinados conceptos o términos cambiándoles el nombre: filosofía
de la praxis
por marxismo,
usa acrónimos etc. La terminología de Gramsci es compleja, y como
el mismo diría hay que saber interpretar la historicidad del
término. Bajo estas premisas el contenido de estos términos no es
explicado y hay que conocer el significado que para él, como
comunista, político e italiano, tenían estos conceptos.
En
el primer conjunto de textos titulado Filosofía
de la praxis nos
ofrece su desarrollo del marxismo. En concreto se dedica a
desarrollar sus ideas sobre lo que en terminología marxista se conoce
como superestructura, más en concreto el terreno de la ideología. Es
en este terreno de la ideología donde sitúa el papel de la cultura,
que es donde se desarrolla la lucha ideológica entre las clases
sociales. La cultura popular es el terreno donde se da el combate
entre dos
filosofías la
dictada por el quehacer del pueblo, es decir la de su práctica
vital, condicionada por la estructura económica; y por la filosofía
impuesta
históricamente, es decir, la ideología dominante.
La
alienación, importante concepto del marxismo, se da según Gramsci
cuando el "sentido común", es decir la ideología
históricamente impuesta, domina en la cultura popular.
Intentando
responder al título del libro se puede destacar la importancia que
le da a la base de la cultura. Reflexiona sobre que si una
determinada expresión cultural carece de una base social que la
comparta, defienda y asuma como suya esa expresión se convierte en
un capricho individual; es más, tampoco se pueden concebir
históricamente las fuerzas sociales sin expresiones
culturales propias. Y a partir de esta premisa establece que toda
clase subalterna tiene su propia cultura, aunque esta este
contaminada por la cultura de las élites.
¿Pero,
cómo se impone la cultura oficial,
si las clases subalternas producen sus propias expresiones? Aquí es
donde entra uno de los grandes conceptos desarrollados por el
italiano, el papel de los intelectuales. Los intelectuales es aquella
capa de personas con funciones variadas que dan homogeneidad a un
grupo social, ya sea el técnico industrial, el patrón, el novelista
o el editor. Los determina pues la capacidad de "organizar"
la sociedad para una determinada función.
Viene
a decir que todos los intelectuales trasmiten determinado tipo de
cultura de una clase social; y que la capacidad para generar
intelectuales y su calidad determinan la balanza en esa lucha
de clases que se desarrolla en
el plano ideológico. Se centra en su país de manera bastante
pesimista analizando los pocos intelectuales que generan las clases
subalternas italianas, y como a estas les tiene ganada la batalla la
Iglesia principalmente.
Pero
estas generalizaciones parten del estudio de cada cultura, que las
entiende en el plano nacional, y de su desarrollo histórico
concreto; es decir que hay que estudiar en profundidad el desarrollo
concreto de las sociedad para ver el papel y la actitud de los
intelectuales.
En
el estudio del desarrollo concreto de la cultura italiana el italiano
hace especial hincapié en temas periodísticos y literarios, cabe
recordar que su formación académica es filológica y que fue
director de L´Ordine Nuovo.
Explica como a través de los gustos literarios se puede interpretar
la cultura y posición política de las clases subalternas, como cada
tipo de novela responde a unos intereses y como cada escritor
trasmite una determinada posición política. Respecto al periodismo
hace un análisis de lo que para el debe ser un buen periodista, como
debe comprender orgánicamente la
sociedad, la ciudad donde es corresponsal... Y describe en los
últimos capítulos en que debe consistir un periódico que aspire a
ser una herramienta de información para las clases subalternas.
La
importancia de Antonio Gramsci y su peso en cualquier persona
preocupada por la Historia Cultural recae en que a través de una
óptica marxista, corriente que siempre le ha otorgado más tiempo a
la investigación de la infraestructura, intenta desentrañar los
mecanismos de funcionamiento de la superestructura, en concreto los
de la ideología dominante. Reflexiona, en la Italia de su tiempo a
través de lo que le llegaba a la cárcel, sobre la cultura como el
campo donde se desarrolla la lucha de clases y que mecanismos,
diferentes a los de la lucha de clases en el plano socioeconómico,
toma.
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